Nadie sabe nunca nada.
Lineas quebradas, discontinuas, que un día se revelan una. Continuidades sin trance, sin puente.
Dislocaciones inconscientes. Desplazamientos. Mudanzas de jardín, malos hábitos que viven en cuartos cerrados, cansados, viejos. Superpoblados. Hartos de ser transitados.
Permanecer. Persuadir. Perseguir.

A quién? A dónde? Hasta cuándo?
Rondas de puro enunciado desmentido. Piropos y virtudes negados en los cuerpos.
Mi cuerpo interponiéndose como barrera entre el decir de los otros y yo.
Qué yo?
Dos conviviendo. Cataratas, acuerdos, disputas.
Precipicios devenidos cuna. Flores, muerte.
Una barrera de impostura deteniendo ademanes ajenos. Desmintiendo pretensiones, acercamientos.
Acechanza de mí misma.
Un fotográfo retratando mi sempiterna imposibilidad. Yo ahogada dentro mío, luchando por sentir, por salir. Ser. Gritar. Arrancarme por fin la piel de cordero. Parirme. Parir mi yo.
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